martes, 25 de enero de 2011

Reconstrucción



- Mr. Hemingway, what is the best early training for a writer?
- An unhappy childhood.


En una caja de zapatos cabrían todas mis memorias. Aquellas aplanadas como hojas de árbol seco y casi transparente. Memorias que se hicieron delgadas y finas como pequeñas navajas, de esas que pican y duelen con su fina punta. Mis memorias también son redondas como puercoespines de colores, con sus espinas minúsculas e incontables protegiendo su interior como si fuera una perla, venida desde el mar, y evuelta en algas lechosas. Mis memorias se guardan en la caja, se incuban, se enfrían, se calientan, se entibian y quizás un buen día de luna salen a la superficie a respirar. Mis memorias son tríangulos, son vértices, son flechas, son dardos que acaricio con plumas de cuervo, negras y firmes, para que no se escapen en un tronido de escopeta. A mis memorias las asusta el ruido, la violencia, la oscuridad, salen corriendo al primer aviso de guerra y me dejan envuelta en una nube confusa. A mis memorias yo las necesito para volver a la madriguera del principio, al ombligo del primer grito incomprendido, al primer deseo de destrucción con su primera culpa. A mis memorias yo las necesito para pegar hojas verdes a mis sueños, para oler a tierra húmeda en el vientre de mi origen, necesito entrar a esa caja y recorrer todas sus esquinas con callejones desiertos y farolas tintineantes. Necesito la oscuridad de sus ruinas para reconstruir la historia, y el principio.



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Buzón