La penitencia sobreviene en oleadas,
Lacerante, intermitente en el medio del pecho,
Siempre.
He cuidado tu recuerdo casi como a un vivo
Casi como a un santo.
Caído.
¿Cómo puede ser que llenes un espacio con tu ausencia?
Es un lento dominio el de tu reino.
¿Cómo puedo hacer para matarte?
He fallado treinta y un veces,
Y sigue apareciendo tu antena dolorosa,
palpitante.
¿Cómo puedo hacer para matarte?
Si no te conozco
Si nunca te vi realmente.
Pero continuó todo en movimiento
Cínicamente comenzó a girar
Y empezamos a habitar la pérdida.
Cada cuál en lo suyo
Asumiendo su locura.
Y de allá viene tu agujero
Tu nombre empolvado
Tu corona.
Cómo puedo hacer para aliviarnos.
¿Cómo puedo hacer para enterrar a un muerto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Buzón